Ha sido un golpe muy duro para los madrileños. Pero hablando con la gente, en los bares, en el trabajo, en los eventos, en la misma calle… Nuestro tradicional optimismo y nuestra alegría de vivir (crisis aparte). Nos hace coincidir a muchos en mirar hacia el futuro, aprovechando y disfrutando las instalaciones ya hechas. Y preparando las que faltan para cuando llegue el momento. Y por qué no en el 2020, el número es hasta bonito.
Cuando llegue el momento nos volveremos a poner delante del toro ¡¡